“No sobrevive el más fuerte ni el más inteligente, sino el que mejor se adapta al medio” Darwin.
En 1972, un vuelo fletado por la Fuerza área uruguaya se estrelló cuando se dirigía a Chile atravesando la cordillera de los Andes. 12 de los 45 pasajeros fallecieron en el acto. Los integrantes formaban parte de un equipo de rugby amateur. Durante 72 días estuvieron soportando frío extremo, una avalancha, donde perecieron 8 personas posteriormente al accidente, hambre y la desesperación de saber que cada hora que pasaba sin ser rescatados disminuía drásticamente las posibilidades de mantenerse con vida. Los supervivientes tuvieron que practicar el canibalismo con los cuerpos de sus compañeros muertos, menos uno que se negó y murió de inanición. 2 de los supervivientes decidieron emprender un camino incierto a través de los Andes, andando durante 10 días con la esperanza de encontrar algún atisbo de vida para que les rescataran. La mañana del 22 de diciembre después de un largo camino se encontraron a 3 hombres en una cabaña. Por fin, serían rescatados. Esta historia real, dio la vuelta al mundo, y fue llevada al cine la magnífica capacidad de adaptación humana a condiciones extremas.
Victor Frankl fue un psiquiatra austriaco, preso en los campos de concentración de Auschwitz y Dachau. En su famoso libro “El hombre en busca de sentido”, relata las terribles experiencias en los campos de concentración. Un día, su compañero de litera estaba sumido en una terrible pesadilla. Victor se despertó e hizo el ademán de agitarle para sacarle de ese estado. Pero no lo hizo. Ninguna pesadilla por horrible que fuera sería más dura que despertarse y volver a la realidad del campo de concentración.
Frankl relata que, incluso en las condiciones más extremas, el ser humano se puede adaptar a cualquier tipo de circunstancia, siempre que haya un sentido y un objetivo vital. La supervivencia y la lucha por la vida activa recursos (casi) ilimitados para poder subsistir. Si se encuentra un sentido, la capacidad de adaptación a situaciones extremas en el ser humano es excepcional.
Adaptación al Coronavirus
Actualmente, debido a la pandemia mundial por la crisis del coronavirus, estamos sometidos a circunstancias excepcionales que hace tan solo 2 meses nos hubiesen parecido una quimera. En breve espacio de tiempo, nuestros trabajos se paralizan, nuestros hábitos se desestructuran, la ilusión de control que teníamos sobre los acontecimientos futuros nos damos cuenta que era precisamente eso: una ilusión. Los factores externos y ajenos a nuestro control irrumpen en nuestra vida sin pedir permiso. No podemos controlar totalmente factores que se escapan a nuestra controlabilidad. Los factores que dependen directamente de nosotros son nuestros factores internos: como afrontamos la situación, como nos contamos “la película”, si decidimos estar paralizados hasta que “pase la tormenta” o bien reinventamos nuestros hábitos. Son muchos los factores que pueden determinar que esta situación, objetivamente estresante y activadora miedos, la vivamos de una manera o radicalmente de otra.
El pensamiento no cambia las cosas. Es nuestra acción la que nos lleva a reinventar el presente. Los pasajeros del vuelo de la fuerza área uruguaya sobrevivieron gracias a que dos de ellos decidieron ACTUAR, y emprender un camino incierto a través de las montañas. Esperar y lamentarse le habría llevado, casi con seguridad, a la muerte.
Los seres humanos hemos poblado desde el desierto del Sáhara, hasta el círculo polar. Hay un rango de 80 grados de diferencia de temperatura entre ambos climas. Ningún ser vivo tiene tal capacidad de adaptación. La diferencia en la adaptación psicológica lo marcan dos factores: como se maneje el impacto emocional del cambio, y los patrones de acción que pongamos en marcha. Lo que ante un determinado contexto funciona, es totalmente disfuncional ante otro contexto. Los psicólogos estamos acostumbrados a trabajar con situaciones extremas utilizando los recursos psicoterapéuticos para ayudar a las personas a amortiguar y digerir el impacto de situaciones traumáticas y ayudar a desbloquear y poner en marcha acciones de adaptación al nuevo entorno.
En esta situación, impactante para todos y dramática para muchos, es importante saber que el miedo, la angustia y la incertidumbre son respuestas naturales, pero si se perpetúan en el tiempo y deriva en pánico, bloqueo y parálisis, es fundamental buscar ayuda. Puedes consultar las técnicas terapéuticas más eficaces con las que trabajamos para el desbloqueo emocional de traumas. Recordamos que nuestros servicios, hasta que termine la pandemia, los mantenemos con normalidad por medio de terapia online.
“En tiempos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento” Albert Einstein.
Perfectamente ilustrado. Me asaltan varias preguntas:
1. Los pacientes que ya vivíamos un «desajuste» una situación de inestabilidad se supone que esto lo vivimos con cierta «experiencia» y por tanto con más herramientas que el resto o por el contrario al estar ya antes de la pandemia en estado de por así decirlo «vulnerabilidad» lo que cabe esperar es que esto nos lleve a empeorar? (Sé que responderás que depende de cada uno, supongo)
2. No crees que es lógico pensar que alguien que ya ha venido demostrando en su historia personal cierta «incapacidad» para adaptarse al medio cuando todo iba «bien» (entre comillas) tiene más posibilidades de fracasar ahora con esta nueva situación?
Bueno, he aquí mis miedos y temores. Como siempre adelantándome a los acontecimientos y queriendo que adivines el futuro.